Me llegó referencia de este interesante artículo del New York Times, “Brain enhancement is wrong, right?“, en el que se trata el tema del uso de medicamentos para incrementar las prestaciones del cerebro y su uso en entornos académicos, y de cómo, aunque no hablemos aún de controles antidoping ni de redadas en los campus, sí empieza a detectarse el uso de estimulantes e inhibidores del sueño en un número significativo de casos para mejorar el rendimiento académico.
El artículo habla de las diferentes perspectivas al respecto: por un lado, quienes ven el uso de drogas como algo claramente negativo, dado que esas drogas se desarrollaron para curar al enfermo, no para transformar a la gente en semidioses. Por otro, quienes consideran que el elemento competitivo diferencia a, por ejemplo, la actividad deportiva de la de investigación (donde, aunque existe, es claramente una motivación menor, y la motivación real es aprender, experimentar o desarrollar cosas nuevas), y que dada esta diferencia, su uso puede ser incluso justificable y una ventaja que sería absurdo no utilizar. O incluso quienes comparan el uso con el de la cirugía estética, considerada originalmente antinatural y peligrosa, y hoy completamente extendida y socialmente aceptada.
En entornos académicos, los porcentajes de uso de este tipo de drogas oscilan entre el 4% y el 16%, incentivados por la importancia que en un momento dado puede tener en la carrera de una persona el no aprobar un examen o el obtener una mala nota en determinado curso. Despues de todo, el uso de determinadas drogas como la cafeína está completamente aceptado, y en determinadas profesiones hay quienes se medican para superar cosas como el miedo escénico o los trastornos del sueño. ¿Qué ocurrirá cuando la disponibilidad de este tipo de medicamentos se incremente, cuando te plantees cómo competir con quienes se concentran más y duermen menos que tú, o, como menciona el artículo, cuando en un trabajo te digan que el puesto exige determinada medicación? ¿Es la posibilidad de efectos secundarios no deseados la única barrera que existe para el uso de este tipo de drogas? Claramente, el progreso tecnológico no afecta únicamente a las máquinas que manejamos, sino también a las que llevamos encima de los hombros. Pero seguramente unas y otras tengan implicaciones diferentes…
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